La venta de impresoras 3d en México apenas alcanza los 5 millones de dólares al año.
La situación de la impresión 3D a nivel global está dando mucho que hablar, y ha sido objeto de múltiples análisis.
Sin embargo, es evidente que en algunos países la impresión 3D está teniendo mas desarrollo que en otros. La diferencia entre paises es aún mayor cuando se analiza la introducción de las impresoras 3D en los hogares, ya que la industria y los servicios profesionales suelen reaccionar con mas agilidad que los consumidores.Gracias a esta tecnología es posible crear modelos 3D con una apariencia y textura exactas o idénticas a lo que será el producto final sin la necesidad de un acabado adicional, por lo que los primeros que adoptan esta tecnología suelen ser sectores industriales, mas que los propios consumidores.
En comparación con el diseño tradicional, hecho a mano y con yeso, este proceso digital es más rápido, exacto y barato, lo cual acorta el tiempo de lanzamiento de nuevos productos, reduce los desperdicios de materiales y acelera los procesos de innovación.
La situación de las impresoras 3D en México parece encontrarse en un punto intermedio entre Europa y el resto de América Latina. Así, recientemente Carlos Levenstein, gerente general para América Latina de Stratasys, fabricante de impresoras 3D, declaraba que se esperaba un crecimiento de la impresión 3D de un 20% en 2013, impulsada principalmente por el dinamismo del sector manufacturero.
En lo que respecta a la situación particular de las impresoras 3d en México, Javier Cruz, director de ingeniería de la comercializadora mexicana de impresoras 3D Insoft, manifestaba en una entrevista reciente que actualmente se está preparando una producción masiva de impresoras 3D para que lleguen a México, y espera que en los próximos dos años ya se puedan comercializar en tiendas departamentales. Actualmente Insoft ya comercializa estas impresoras en México a nivel industrial; Cruz dijo que la popularización de estas impresoras produjo un abaratamiento en su costo, lo cual será un factor clave para el desarrollo del sector.
Pero no es oro todo lo que reluce: los mas optimistas esperan que las impresoras 3D tarden por lo menos una década en llegar de forma masiva a los hogares, y las estimaciones para México no son distintas, tal y como confirman las empresas que comercializan dicha tecnología en el País.